Yo tenía un trabajo
que no me gustaba, y solía decirme que era solo un trabajo más.
Yo no soy ese
trabajo, mi ser no se define por ese trabajo, yo soy mucho más que un empleado
en ese trabajo.
Recordarme cada día
eso, parecía justificar que ese trabajo no era yo, pero muy dentro mío, reconocía
que ese trabajo si me definía, aun cuando no quisiera admitirlo.
No hay tal separación
entre tu vida personal y tu trabajo.
Tu eres un solo ser
humano, lo que pasa en tu vida personal afecta tu trabajo y viceversa.
Si tu jefe te
maltrata 40 horas por semana, tú no te desenganchas mágicamente cuando llegas a
tu casa.
Lo mismo, que si
tienes una terrible discusión con tu esposa/o en la mañana, tu cliente o tus compañeros
de trabajo no van a recibir un brillante sonrisa apenas llegues a tu oficina.
Esas 40 horas que pasas en tu trabajo son parte de tu vida, e ignorarlas no las
hace inocuas.
Nuestro trabajo es
parte de nuestra vida, por lo que tener un trabajo que te guste es muy
importante pues define, en parte, tu vida. Pero seguramente tienes gastos que
pagar, y un seguro de salud que te beneficia, por lo que renunciar ahora no
parece ser la mejor respuesta a tu dilema.
Empieza a pensar en
tu trabajo ideal, y planificarlo cuando todavía tienes tu trabajo de todos los días.
Te aseguro que se puede hacer.