Una cliente
vino a consultarme sobre sus objetivos de carrera, quería ser un agente de
bienes raíces, pero me dijo que tenía sus dudas sobre esa carrera. Lo que pude notar es que ella ya tenía bien
decidido todo sobre su carrera y cuáles eran los pasos que debía seguir para
ser exitosa en esa profesión. Había revisado las clases que debía tomar, como
sacar la licencia, había hablado con algunas empresas para poder empezar a
trabajar para ellos como agente independiente, cual era la ciudad y barrios en
los que iba a trabajar, etc. Hasta ese
momento, no había encontrado nada que estuviera bloqueando su camino hacia esa
carrera.
Pero más
tarde en la conversación, ella me menciono su miedo a volver a salir con
hombres y empezar una nueva relación. De repente el coaching de carrera se convirtió
en coaching personal. No es raro que el tema que el cliente trae a la sesión
cambie, y deje salir otro problema que estaba oculto bajo la fachada del primer
asunto.
Tener a
alguien que te escuche (un coach, un mentor o un amigo) es algo invalorable, porque
somos ciegos a nuestros propios problemas y puntos de vista. No podemos ver mas
allá de nuestros juicios. La perspectiva de otro nos abre un nuevo camino
para ver nuestros problemas la forma en
solucionarlos. En lugar de nuestra propia solución, tenemos ahora nuevas
soluciones de las cuales podemos elegir. Mas alternativas aseguran poder tener
mejores resultados
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