Planeamos
todas las cosas que necesitamos antes de renunciar. Revisamos nuestras
finanzas, como vamos a manejar nuestras relaciones con la familia y amigos después
de renunciar, como les vamos a explicar porque renunciamos, estudiamos el
mercado del proyecto de nuestros sueños, escribimos la carta de renuncia, etc.
Nuestra mente está en el día en que vamos a renunciar y cómo vamos a planear
llegar a ese día.
Pero los
meses pasan y seguimos en el mismo trabajo. Todavía necesitamos un par de cosas
antes de renunciar. y aun cuando nos desafiemos poniendo fechas límites,
posponemos ese día por otro más adecuado.
Estamos
enfocados en el lugar equivocado. EL día de renuncia no es el objetivo. El
objetivo debería ser el día en que vas a empezar a trabajar en el proyecto o
trabajo de tus sueños. NO es cuando vas a renunciar, es cuando vas a empezar el
proyecto de tus sueños. Y sorpresivamente, no tienes que renunciar a tu trabajo
para hacerlo.
Planea
cuando vas a empezar con el proyecto de tus sueños. Empieza a practicar el
trabajo de tus sueños. Empieza a entender el mercado en que vas a trabajar y
cuáles son los problemas que enfrenta.
Empieza a relacionarte con gente en ese mercado. Empieza a actuar como
si estuvieras trabajando en el aun cuando estés en tu trabajo actual. Empieza a
aprender sobre el trabajo de tus sueños. Empieza a crear oportunidades para que
logres obtener ese trabajo de tu sueños.
No importa
cuánto te lleve, pero enfocándote en el
día que vas a renunciar, no te llevara al trabajo de tus sueños. Cambia tu
brújula hacia cuando vas a empezar el trabajo de tus sueños, y en menos de lo
que te imaginas estarás viviéndolo.
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