“ Solemos juzgarnos a nosotros mismos en base a nuestras intenciones, pero
juzgamos a los otros en base a los resultados
de sus acciones”
Escuche
esta frase en una entrevista en la radio, y tan pronto como la escuche, pare el
auto, me estacione al costado y la escribí en un pedazo de papel.
Ella te dice la verdad al desnudo.
Para nosotros, nuestros pensamientos (intenciones) son tan validos como las acciones de otros ,
pero cuando los juzgamos, nos basamos en sus resultados y no en sus
intenciones.
En parte puede tener sentido hacerlo,
pues no podemos entrar en la mente de ellos y conocer cuáles son o fueron sus
intenciones, pero al mismo tiempo no nos juzgamos a nosotros mismo de la misma
manera.
No hay nada de malo en usar uno u
otro criterio, el problema es cuando tratamos de comparar dos situaciones con
diferentes patrones. Como podrás sospechar, las comparaciones no van a ser
adecuadas. Habrá distorcion en el resultado, si usas diferentes patrones para
medir cada situación. Entendemos eso, pero lo interesante es que muchas veces
comparamos nuestros resultados con las intenciones de las acciones de los otros
y nos castigamos o decepcionamos por ello. A pesar de lo que tú puedas pensar
(que tendemos a tomar ventaja de usar diferentes patrones de medida a nuestro
favor) hay una proporción muy alta de personas que son muy duras consigo mismas,
y que afectan su auto estima (hacemos trampa pero en contra nuestra)
Lo importante es que cuando compares
los resultados de dos personas, uses los mismos patrones. De esta manera sabrás
donde estas parado en relación a lo que estas midiendo, y que, tu o la otra
persona ha hecho para obtener resultados diferentes a los tuyos.
No trates de minimizarte o desmoralizarte,
se justo contigo mismo.
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